“el increíble caso” del Concurso Literario “Prof. Alicia Chibán”
La Secretaría de Letras del CUEH ya lanzó el tercer Concurso Literario para estudiantes de la UNSa “Profesora Alicia Chibán”. Los carteles que lo anuncian están en todas las Facultades, pagados con nuestros fondos, con la promesa verbal del Secretario General de la Universidad de que contaríamos, con seguridad, con ese dinero otorgado por Rectorado para cubrir todos los gastos de difusión ($500). Pero nuevamente nos topamos con trabas puestas por las autoridades de la Universidad. ¿Qué pasó ahora? ¿Son los engorrosos laberintos burocráticos, con las que nos encontramos siempre, los que dificultan desarrollar esta actividad de estudiantes y para estudiantes? No. Escribimos esta nota por la gravedad de la situación que se nos planteó el pasado miércoles, 2 de diciembre.
Como todos los años, presentamos tanto en la Facultad de Humanidades como en Rectorado el pedido de aval académico y apoyo económico para poder desarrollar esta actividad cultural de sumo interés para toda la comunidad estudiantil de la UNSa. La Facultad nos cubrió la plata para el primer premio y Rectorado, a través del Secretario General, el Ingeniero Falú, nos prometió otorgar los $500 (quiniento pesos) para la difusión (la propuesta inicial del proyecto para este año incluía un segundo premio, de $500, que iba a ser para poder ampliar la convocatoria a la Universidad Nacional de Jujuy, pero esto se nos denegó). Obviamente, no nos salvaríamos de la burocracia, el expediente 24684/10 paseó por oficinas, luego, la actividad logró tener el aval académico, pero el apoyo económico todavía no está. ¿A qué se debe esto? Después de que el expediente se perdió en archivos generales, fue rescatado nuevamente; pero el 25 de noviembre fue enviado por segunda vez a los archivos, pero ahora con la resolución de que no se nos daría el apoyo económico.
El lector se pregutará cómo puede haber sucedido esto, si ya teníamos la palabra para obtener la ayuda económica y si, además, académicamente, la actividad estaba avalada por la misma universidad. La respuesta es tan sencilla como increíble. Todo un Palo ganó el 11 de noviembre por tercera vez consecutiva la conducción del CUEH. Como dijo el actual presidente del mismo, Elvio Reartes, en una nota publicada: “La victoria de Todo un Palo es un golpe fenomenal a las camarillas privatistas que dirigen la Universidad y la Facultad” ¿Tiene esto alguna relación con la posibilidad o no de dar apoyo económico a nuestro concurso? Para las autoridades de la universidad, sí. Emitir esta opinión política significó para ellos imposiblitarnos el concurso literario; la única razón: Todo un Palo criticó la política y la forma de actuar de la conducción de la universidad. Esto es digno de una ficción literaria, pero lamentablemente, es realidad. Tener una idea política distinta, opuesta a la conducción, significa impedirnos desarrollar cualquier actividad, pues se nos niega la ayuda económica por parte de la institución.
Esto es una forma encubieta de extorsión: si ustedes publican algo en contra nuestro, no pueden usar los fondos de la universidad pública que nosotros manejamos. ¿No es ésta la forma de actuar de una camarilla? Entendemos que este hecho demuestra un manejo discrecional de los fondos públicos. Hablando sobre el tema con el Ingeniero Falú, no nos lo ha desmentido. No es la primera vez que a Todo un Palo se le negó apoyo a sus actividades por su inclinación política. Con el pedido para el concurso literario, esta censura fue descaradamente frontal.
Después de que denunciáramos oralmente a Falú esta forma de actuar de la conducción de la UNSa y que nuestro expediente iba a quedar archivado, el ingeniero se manifestó como el salvador de los expedientes muertos y ¡oh sorpresa! expresó que tiene el poder para “resucitarlos”. Si nuestro expediente resucita entre los muertos (¿será al tercer día?), no va a ser por el poder del rectorado, sino por nuestro accionar.
La gravedad de este hecho puntual es que por una opinión política se censuran actividades, sean del tipo que fueren, y esto es inadmisible, más aún, en una universidad pública.
Miryam M. Pagano